En un inmenso campo había una casa, lejos de la
sociedad, en ese lugar vivía una mujer y su marido. El marido salía a labrar al
campo todas las noches, ya que por la tarde hacia mucho calor, siempre por la
media noche se escuchaba el labrar del hombre en la tierra.
Una de esas noches la pareja tuvo una fuerte
pelea. Al llegar el esposo de una jornada larga de trabajo, la esposa cortaba
unas verduras para la deliciosa comida que estaba preparando. Él le pidió el
favor que le diera un vaso con agua ya que tenía la garganta demasiado seca,
pero la mujer no quiso darle el vaso con agua ya que recordó que anteriormente
habían tenido una discusión y a ésta se le cayó el cuchillo que tenia cortando
las verduras, con tan mala suerte que el cuchillo le corta la mano a su esposo,
él al ver su mano llena de sangre cogió el auto y se fue a un hospital, esa
noche no volvió a casa.
Al pasar los años, en una noche la mujer sola
se encontraba cocinando su comida, en ese momento comenzó a escuchar el labrar
que hace tiempo no escuchaba, la mujer se asomaba por la ventana y no veía a
nadie y al fondo se escuchaba “dame un vaso con agua” “tú me cortaste la mano”.
Desde ese día todas las noches se escuchaba la voz de ese hombre, se dice que el
hombre falleció de una hemorragia y su espíritu deambulaba por el campo.
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